Hace seis años llegó Gabriel al mundo; el primer hijo de Camila y Óscar. Como cualquier otra pareja de padres primerizos, “no tenían idea de nada”. El primer hijo de la familia Bejarano Cooper nació por parto vaginal; el cual sucedió tan rápido, que el gineco obstetra encargado no alcanzó a llegar para el parto pues a camila le habían puesto oxitocina artificial con el ánimo de inducir el parto, que terminó siendo mucho más rápido de lo esperado.

En la primera noche de Gabriel las enfermeras a cargo de él le dieron leche de fórmula, pues notaron inconvenientes en el agarre y la toma de leche directamente del pecho de Camila. Salieron de la clínica y llegaron a la casa sin saber lactar, sin conocer las posturas adecuadas, como prenderlo correctamente a los pezones y sin mucho conocimiento frente al tema. Esa noche la pasaron completamente en vela, lo que hizo que Óscar se alarmara, porque para él era supremamente anormal que Gabriel no comiera. Camila tenía muchos deseos de poder darle lactancia materna exclusiva y alimentarlo de la mejor forma posible, pero esto no estaba siendo suficiente.

En la madrugada de esa noche, Óscar desesperado de ver que su hijo no comía, que Camila no podía con la frustración de no poder amamantarlo frustrada y con mucho miedo de que Gabriel se deshidratara, se fue a Farmatodo en busca de un tetero de fórmula que lo alimentara. Se percataron que Gabriel esa noche no había mojado ningún pañal. Es decir que no había hecho ni pipí ni popó, y ese es un signo de alarma en un bebé recién nacido, pues en promedio deben orinar cada una a tres horas. Por este motivo, la enfermera jefe del curso psicoprofiláctico que habían hecho Camila y Óscar, y con quién se volvieron muy cercanos, les sugirió que lo mejor que podían hacer en ese momento era irse a urgencias.

Cuando los médicos examinaron a su bebé de un día de nacido, las sospechas y miedos de Camila y Óscar se volvieron hechos: Gabriel estaba deshidratado. Inmediatamente, el equipo médico de turno, tomó la decisión de hospitalizar al bebé para cuidar de él y su deshidratación. En ese momento, Camilia se sintió en total vulnerabilidad. No sabía cómo tenía que dejar a su hijo de un día de nacido hospitalizado e irse para su casa sin él sabiendo que hace unas horas lo tenía bien entre sus brazos.

Gabriel ingresó a la unidad neonatal, que son áreas de cuidados básicos e intermedios para aquellos recién nacidos que requieren vigilancia y atención médica, pero que no se encuentran graves como para estar en la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal (UCIN). Camila y Óscar se devolvieron a su casa con el corazón arrugado y a la espera de que los llamaran avisándoles los horarios en los que van a poder ir a verlo al hospital.

Cuando llegó la esperada llamada, les avisaron que podrían ir a verlo a las 6:00 am todos los días. Los protocolos de higiene eran bastante estrictos; debían dejar sus cosas en unos casilleros asignados, lavarse las manos y desinfectarse completamente para ver a su hijo. Las enfermeras despertaban a Gabriel cada tres horas para que Camila lo lactara. Pero el desconocimiento de ella causaba que doliera el agarre y que los conductos se congestionaran a causa de no sacarse la leche, y que por ende, le dolieran los senos y Gabriel no pudiera comer pues no salía la leche que debía salir.

Gracias a su entidad de salud, que era pro lactancia y tenía asesoras expertas dispuestas a enseñar a las mujeres que se encontraban ahí y tenían inconvenientes para lactar, Camila adquirió muchos conocimientos y empezó a mejorar. Después de las 7:00 pm no se permitían más visitas. Pero la producción de leche debía continuar para que Gabriel tuviera el mejor alimento posible. Así que al igual como lo hacía en el día, Camila se levantaba cada tres horas en las noches junto con Óscar, que la ayudaba a extraerse leche con su extractor manual y a esterilizarlo en ollas de agua caliente.

Cada día que pasaba era una nueva angustia para ellos. Un día Gabriel tenía una luz violeta en su cuna, pues se había puesto amarillo a causa de una baja en la bilirrubina. Otro día, tenía un holter para registrar su ritmo cardiaco porque habían notado que lo tenía bajito, y otro día, se encontraron con la noticia de que estaba desaturando, es decir que sus niveles de oxígeno estaban por debajo de los valores normales. Camila y Óscar querían e intentaban estar lo más pendientes posible, pero el personal médico no se los permitía, pues mientras que para Camila y Óscar era su primer hijo y más grande amor para el personal era “un bebé más”.

Como buenos fanáticos del fútbol, en el día 12 de hospitalización; Camila, Óscar y esta vez junto con Gabriel, pudieron irse a casa a ver la Champions League. Y un par de meses después de la recuperación de Gabriel, cuando surgió el sueño de Fruto Bendito empezaron a rodearse de expertos en el tema y estudios confiables, como el de la Organización Mundial de la Salud que recomienda que “los bebés deben ser lactados exclusivamente durante los primeros seis meses de vida, y después introducir alimentos complementarios nutricionalmente adecuados y seguros, mientras se continúa con lactancia materna hasta los dos años de edad o más.” Aquí nació también el plan de educación en el que uno de sus temas es la importancia de la lactancia materna.

Desde el nacimiento de Pedro, su segundo hijo Camila hace la lactancia en Tándem, una práctica que se refiere a cuando la madre de un lactante queda embarazada, continúa con la lactancia durante la gestación , luego del nacimientos, decide amamantar a los dos hijos (Waterwipes, 2021). Hoy en día Gabriel y Pedro siguen alimentándose del gran oro líquido: la leche materna.

“La teta nos ha salvado en muchas situaciones de dolor, de llanto, de caídas, de dolores de estómago, de fiebre, de Covid… y ha sido nuestro único plan para tener tranquilidad como padres”

Atentamente: Camila y Óscar

LO QUE DEBEMOS SABER ACERCA DE LA LACTANCIA MATERNA: 

Calostro 

Líquido de color amarillento claro que segregan las glándulas mamarias de la mujer unos meses antes y unos días después del parto, hasta que se produce la subida de la leche.

 

El calostro de los primeros días: 

  1. Tiene un alto contenido en proteínas y es el alimento perfecto para satisfacer las necesidades del recién nacido.

  2. Proporciona gran cantidad de defensas inmunológicas y estimula el desarrollo de su propio sistema inmunológico.

  3. Ayuda a reducir la absorción de bilirrubina y los problemas de ictericia.

  4. Tiene un efecto laxante, se digiere fácilmente.

 

Beneficios de la leche materna: 

  1. Proporciona los nutrientes necesarios en la proporción y temperatura adecuadas.

  2. Se digiere y asimila con gran facilidad.

  3. Proporciona anticuerpos de la madre y alarga el periodo de inmunidad natural.

  4. Reduce la predisposición a enfermedades respiratorias.

  5. Previene alergias.

  6. Disminuye el riesgo de desarrollar obesidad.

  7. Los cambios de sabor, según la alimentación de la madre, preparan al niño para aceptar mayor variedad de alimentos.

  8. Favorece el correcto desarrollo de la mandíbula.

  9. Crea un fuerte vínculo entre madre e hijo.

 

 

Fuente: https://inatal.org/el-parto/lactancia/66-lactancia-materna-por-que/374-que-beneficios-le-aporta-al-bebe-la-lactancia-materna.html

 

Leave a reply

Spanish / English