Amor con destino a Sumapaz | Fundación Fruto Bendito

Para entregar una Cuna con Amor se necesita ganas, esfuerzo, pasión, ilusiones, sueños, amor y mucho pero mucho compromiso. 

Desde mitad de noviembre se estaba organizando lo que sería una entrega de 12 cunas con amor. Días antes de la entrega, se cuadraron los últimos detalles con el fin de que las mamás recibieran lo necesario para el cuidado de sus hijos. El 30 de noviembre quedó todo listo para la jornada, las cunas ya estaban a cargo de Red Sanar Bogotá, las donaciones de kits para los bebés ya estaban listas en el carro, solo faltaba el tan esperado día.

El jueves 2 de diciembre del 2021 a las 4:00 de la mañana Camila Cooper, Óscar Bejarano, Gabriel y Pedro Bejarano Cooper e Isabella Cuenca se despertaron para comenzar lo que sería un día lleno de amor y felicidad. Saliendo a las 4:30 de la mañana de su residencia, por la calle 170, la familia Bejarano Cooper, empezó su recorrido, con una pequeña parada en la calle 140 para recoger a su practicante, Isabella. 

Ya todo estaba listo para comenzar el largo viaje, a las 4:45 empezó la aventura de atravesar Bogotá y salir de la ciudad antes de que comenzara el Pico y Placa. Primero tocaba coger la novena, muy rara vez está calle se ve tan vacía, ni un solo auto se veía. Luego tomar la avenida NQS hacia el sur, seguir manejando y atravesando la ciudad. A medida que iban pasando los minutos y los kilómetros, se podía ver como iba amaneciendo y como poco a poco la capital iba despertando, personas en cicla, carros en las vías, gente esperando el bus y transmilenios recogiendo pasajeros. 

El primer destino era Usme pueblo. Luego de más de una hora de trayecto, sin ningún trancón, los encargados de esta entrega se encontraban al otro extremo de la ciudad. Un lugar frío y a pesar de la hora y el clima, las personas ya estaban listas para comenzar su día.  

Mientras esperaban a que llegaran las personas de Red Sanar Bogotá, Camila decidió que era momento de ir por comida, pues sabía que era importante comer ya que la jornada iba a ser larga y requeriría de muchas energías, estaban parqueados en una pequeña estación de gasolina, en la que los tractores del pueblo hacían fila para tanquear, y al frente de esta se encontraba una panadería, desde lejos se podía ver la gente salir feliz, al parecer sus productos eran deliciosos pues estaba muy llena. 

Después de unos 10 minutos, Camila regresó al cálido vehículo y en cuestión de segundos ya no había comida y se pudo confirmar la teoría que se tenía, Camila, Óscar, Isabella y Gabriel pudieron deleitarse con un delicioso pan, ya habían energías para continuar el viaje. Precisamente, cerca de las 6:30 am, llegaron las 3 camionetas de Red Sanar. 

A las 6:45 de la mañana continuó el recorrido, un trayecto lleno de curvas y un paisaje inigualable, el sol, recién salido, iluminaba las bellas montañas del paisaje. Luego de casi una hora estando en carretera, empezaron a aparecer los famosos Frailejones, plantas características de los páramos. Esta especie se distingue por sus hojas suculentas y velludas que forman una roseta en la parte superior del tallo, su tronco grueso el cual le permite cumplir su función de absorber el agua de las neblinas y conservarla. 

Camila, Óscar, Pedro, Gabriel e Isabella se dieron cuenta que se encontraban en medio del páramo más grande del mundo: El Páramo de Sumapaz. Montañas, pequeños lagos, frailejones de todos los tamaños estaban acompañando el trayecto. Luego de 2 horas y media, se logró llegar al destino. El Parque temático Chaquen, ubicado en un pequeño corregimiento, en medio de las montañas, llamado Nazareth.

La naturaleza, el mirador con vista a las montañas y los cultivos orgánicos de legumbres, fueron testigos de lo que es una entrega llena de amor. Antes de hacer feliz a las 5 mamitas que asistirian a la jornada, Camila e Isabella comenzaron a organizar las cunas, mientras que Óscar y Pedro se disponían de conocer este mágico sitio, Gabriel por su lado, iba, venía y ayudaba a su mamá a armar las cunas, llenarlas de amor y muchos regalos, que con ayuda de diversos patrocinadores y donaciones se lograron entregar. Una vez armadas las 5 cunas, era cuestión de esperar.

Antes de llegar a Chaquen, las mamitas estaban en control médico, pues esta jornada también era una de salud. Luego de casi 1 hora de espera, las madres gestantes llegaron, con un mágico y caluroso saludo de bienvenida por parte de Gabriel, comenzó lo que sería un día lleno de aprendizajes y amor.

Una casita pequeña, ubicada en la bajada de una montaña al lado de cultivos, decorada con bombas fue testigo de lo que sería la conferencia sobre el Plan Bendito de la Fundación Fruto Bendito, un espacio con acompañamiento psicológico para las madres y una pequeña charla con el doctor del corregimiento. La sonrisa de Camila podía verse desde las montañas y con esa misma felicidad empezó su conferencia. Habló sobre la importancia de la crianza con amor, de cuidar a los hijos, de que todo pasa y de la lactancia materna, casualmente, mientras hablaba sobre este último tema, su hijo menor, Pedro, le pidió teta, y así como si nada llena de orgullo y valentía Camila siguió su charla sentada mientras alimentaba a su pequeño.

Un yogurt y una mantecada elaboradas en la tienda del corregimiento, fueron el snack perfecto para todas las personas que se encontraban en la jornada. Luego de 3 horas de charlas y actividades, llegó el momento más anhelado. Para entregar las Cunas con Amor fue necesario que las mamás subieran la montaña y caminaran en medio de los cultivos. Luego se acomodaron en unas pequeñas gradas, allí Camila, Isabella, Gabriel, Óscar y Pedro acomodaron las 5 cunas para las 5 madres. 

La sonrisa de Camila cada vez era más grande, pero ahora no era la única, las mamás y todos los presentes tenían un brillo en sus ojos, ese brillo que refleja felicidad. Cada una de ellas abrió su cuna y vio todos los regalos que tenían, agradecieron mucho y quedaron muy contentas, una que otra foto fue testigo de ese momento lleno de amor.

Luego de ese mágico instante, que aunque fueron unos minutos quedó plasmado en el corazón y la memoria de todos los presentes, llegó el almuerzo. Cerca al centro de salud de Nazareth se encuentra un pequeño restaurante llamado Almuerzos Nazareth, allí una deliciosa sopa, con un pollo criollo, arroz, guacamole, yuca y verduras, todo realizado con productos cultivados en la zona, esperaban para que las madres, los integrantes de Red Sanar Bogotá y de Fruto Bendito se deleitaran.

Pese a la deliciosa comida y el mágico momento la preocupación de Camila y Óscar se apoderó de ellos, eran casi las 2 de la tarde, el viaje era largo y había Pico y Placa, sin embargo confiados en la excepción de Pico y Placa por registrarse el día anterior al tener más 3 pasajeros, les daba un poco de calma.

Fue así que a las 2:30 de la tarde comenzó el trayecto de regreso a casa, de este viaje no hay mucho que contar pues su narradora, yo Isabella, me quedé dormida al igual que mi jefa y sus bebés. Cuando nos despertamos ya estábamos en la ciudad, específicamente en Usme y eran cerca de las 5:00 pm . Verificamos una vez más la excepción de Pico y Placa, eso sí antes de poder entrar a buscar en internet, nuestros celulares estallaron por tantos mensajes recibidos, pues desde que llegamos a Usme Pueblo no teníamos señal.

El trayecto no duró más de 2 horas, recorrer todo Bogotá, cansados y con un poco de miedo no fue nada fácil, pero lo logramos y lo mejor de todo fue que casi no estuvimos en trancones. Cerca de las 6:30 llegamos a la 170, donde vive Camila y su familia. Todos estábamos muy cansados, cogí Uber y llegué a mi casa dispuesta a tomar una ducha y a dormir, Camila, Óscar, Gabriel y Pedro hicieron lo mismo. A las 8 de la noche ya todos estábamos dormidos

Fue así como concluyó esta historia llena de amor y así como dicen los cuentos y vivieron felices para siempre, colorín colorado este cuento se ha acabado. Aunque no crean, se acabó esta historia de entregar cunas cerca al páramo más grande del mundo, sin embargo, esta historia apenas comienza, pues Fruto Bendito planea llegar a todos los rincones del país y de Latinoamerica, hacer feliz a muchas madres y bebés, proteger a la primera infancia es lo principal.

En esta ocasión, las montañas, los frailejones, los cultivos orgánicos fueron testigos de esta jornada, quién sabe quiénes serán los próximos testigos de una nueva aventura con Fruto Bendito.

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