A Marcela Rocha, hace poco, la vida le había cambiado por completo. Juan Diego, su hijo, nació de forma prematura a las 32 semanas con bastantes problemas de salud ocasionados por el sufrimiento fetal. Durante esos días que nació Juan Diego, nuestra fundación, aliada con la cadena de restaurantes Pan Pa Ya, publicó un concurso en Instagram. Alguna de las madres de nuestra comunidad se llevaría un desayuno. Con esto se buscaba consentir a nuestras madres, incentivar un ambiente distinto para que pudieran recibir sus cunas y entregar un plan de educación y acompañamiento. Marcela, sin nada que perder, decidió participar, y para su sorpresa, ganó este concurso. De esto ya han pasado cinco años. Sin embargo, el concurso no fue lo más valioso que consiguió Marcela. El día que recibió el premio, conoció a Camila y a la doctora Julieta Villegas.
Ellas dos se convirtieron en apoyos incondicionales y en ángeles guiadores en su nuevo camino de la maternidad. Ayudaron a Marcela en su nueva vida no solo con recomendaciones y asesoramiento sobre la maternidad, sino con herramientas con las que fuera capaz de afrontar el reto más lindo que puede dar la vida, tener un hijo.
Dentro de las ayudas que brindamos como fundación, se encuentran las cunas y todos los elementos que venían con esta. La doctora Julieta, al ser experta en bebés canguro, y conociendo el estado de salud de Juan Diego, le brindó apoyo médico a Marcela para el tratamiento del niño y para sus procesos maternales. Todo esto de forma gratuita y eficaz. Ayudó con el contacto de fonoaudiólogos para que el crecimiento y desarrollo de Juan Diego fuera óptimo.
Por otro lado, Camila le ofreció charlas y recomendaciones a Marcela sobre temas desconocidos para ella pero necesarios sobre la maternidad, estando las 24 horas del día los 7 días de la semana a su disposición para lo que ella necesitara.
Marcela ha tenido un crecimiento muy bonito. Ahora es una mujer fuerte, segura de sí misma, y sobre todo, muy agradecida. “Hasta el sol de hoy vemos todos estos beneficios que nos ha brindado la Fundación Fruto Bendito, Camila siempre ha estado súper pendiente del desarrollo de Juan Diego así como la Doctora Julieta con las cuales estaremos eternamente agradecidos”.
Actualmente, Juan Diego tiene 5 años. A pesar de que todavía tiene algunos problemas de salud, es un niño feliz. Todo esto gracias al esfuerzo de nuestra fundación, pero primordialmente, por el amor y las ganas de salir adelante de Marcela, que ha hecho todo lo humanamente posible por la salud y bienestar de su hijo.