En un día en el que celebramos el amor y la unión, queremos compartir una historia extraordinaria que ha tocado nuestros corazones de manera profunda. En el año 2017, conocimos a Erika Bonilla, quien con su testimonio se ha convertido en una fuente constante de inspiración y amor en nuestra fundación.
Erika, una médica fisiatra, es parte de una familia hermosa junto a su esposo e hijos Marcos, Martín y Matías. En el año 2017, tuvimos el privilegio de conocerla gracias a su acercamiento con nuestra fundación. Su motivación para compartir su historia y servir como guía para otras madres, especialmente aquellas con hijos con necesidades especiales, nos sirvió como motor para continuar con nuestra causa.
Marcos, quien ahora acompaña a su familia desde el cielo, vivió tres años llenos de amor y felicidad. Cuando apenas estaba en la barriguita de su madre, fue diagnosticado con síndrome de Down. Al enterarse de esta noticia, Erika supo que para ella no iba a ser una dificultad, sino que con el mismo amor y los valores con los que crió a Matías (su hijo mayor) iba a sacar a Marcos adelante con el apoyo de su familia.
Erika, guiada por los principios del amor y la compasión, llevó a cabo una de las funciones más vitales que describe Erich Fromm en su obra “El arte de amar”: hacer que un niño se sienta afortunado de haber nacido y de tener un deseo ardiente por la vida. A pesar de las complejidades inherentes al síndrome de Down que enfrentaba su hijo Marcos, Erika cultivó un entorno lleno de amor y aceptación. Marcos, experimentó tres años de amor incondicional y felicidad. En donde Erika no solo se convirtió en una fuente de fuerza y apoyo para su hijo, sino que también inspiró a otros padres al compartir su experiencia y sabiduría en nuestra fundación. Su valentía y dedicación continúan resonando en nuestros corazones, impulsando nuestra misión de brindar amor y apoyo a todas las familias que enfrentan desafíos similares.
“Para mí, Cunas con amor no solo fue un refugio durante mi proceso de duelo, sino también el escenario donde Marco encontró alas poderosas para su memoria. En este espacio, no solo expresé con palabras mi dolor, sino que también compartí con otras mamás nuestra fortaleza colectiva. Descubrí que trabajar en pareja es una verdadera bendición, y que el amor se erige como la guía más potente para orientar el camino de nuestros hijos.
A través de esta experiencia única, no sólo hallé consuelo, sino que también forjé conexiones sólidas con personas extraordinarias. Estos amigos de corazón, regalos invaluables de Cunas con amor, son el soporte que me acompañará por siempre. En este lugar, no solo encontré una red de apoyo, sino también la certeza de que el amor, la fortaleza y la amistad son pilares fundamentales para superar cualquier adversidad. Agradezco a Cunas con amor por ser un faro de esperanza y un vínculo eterno en mi viaje emocional.”
Por este testimonio, Marcos se convirtió en un mensaje de amor: La vida es ahora #Marcovive
Porque la vida es ahora
Este mensaje tiene como propósito recordarles a los padres que ellos también fueron niños. Que las trasnochadas, las pataletas, las guerras de comidas, el mal olor, los cambios de humor tienen un trasfondo incomprendido por los adultos. Existe un mundo emocional en donde los niños viven, este tiene que ser aceptado con amor y comprensión por parte de sus padres. Por esto, Fruto Bendito tiene como gran misión despertar nuevamente la empatía en los adultos, ayudándoles a recordar el niño que fueron para tratar de ayudarlos a ser el adulto que entiende, que escucha, que protege y que te permite soñar…
A través del conmovedor testimonio de Erika, quien se ha convertido en nuestra inspiradora embajadora del amor, compartimos el hermoso viaje de Marco. Su historia ilumina el camino que recorremos en la Fundación. Hemos entregado numerosas cunas en distintas regiones del país, llevando consigo el mensaje de empatía. Acompañamos a esas valientes madres que han enfrentado diagnósticos desafiantes y aterradoramente fríos. Para nosotros, cada uno de estos momentos es una oportunidad para amar más profundamente, aprender lecciones de vida invaluables y crecer como familia.