Hola mamá. No estas sola. Carta de amor | Fundación Fruto Bendito
¡Hola. Bienvenida a esta nueva aventura llamada maternidad!
Desde ya, queremos recordarte que eres una guerrera, una mujer valiente, que se ha atrevido a llevar por nueves meses una vida. Pero no cualquier vida: la de tu propio hijo. Seguro esa palabra, dependiendo de si eres madre primeriza o no, aún resulta extraña…Y es muy probable que siga siendo así por un tiempo.
Tal vez tienes muchas dudas en estos momentos. Te enfrentas a un “mundo” desconocido, pero a uno maravilloso. Te encuentras vinculada a tu bebé de una manera sorprendente. Será por aquello de que la naturaleza es sabia. Cada emoción, sensación y sentimiento se lo estás transmitiendo a tu hijo. Esto sucede en cada momento, hora, minuto, e incluso segundo. Por eso, es muy importante cuidar por tu propio bienestar, procurar tener espacios de tranquilidad. ¡Cuidar de ti también es cuidar a tu bebé!
No te voy a mentir. No te voy a hacer promesas que sé que no puedo cumplir. Habrá momentos de desespero, en donde querrás huir y salir corriendo. Tranquila. Es normal. Todas pasamos por eso. Solo quiero que recuerdes que los primeros 1.000 días de vida de tu bebé son cruciales para él. Durante ese tiempo él es como una esponja que absorbe todo. De a poco tu hijo se va formando y construyendo. El adulto que será el día de mañana, dependerá mucho de esos casi tres primeros años de vida. Sé que todo esto suena a una gran responsabilidad…Y lo es. Sin embargo, nosotros confíamos en ti. Sabemos que…¡lo puedes lograr!
Hay un vínculo muy lindo que se puede formar entre tú y tu bebé. ¿Y sabes que es lo mejor? ¡Que los beneficia a ambos! Se conoce como lactancia materna. ¿Te suena? De seguro que sí. Todas las mujeres podemos lactar a nuestro bebé con la leche que de manera natural produce nuestro organismo, el cual ha estado preparándose para ese gran momento. La leche materna a diferencia de la leche de fórmula contiene mayores nutrientes y son de origen natural, y como no, si provienen de tu propio organismo. Por eso, también es importante que si optas por la lactancia materna, cuides de tu alimentación, porque todo lo que comas tu hijo lo estará absorbiendo. Todos tus sentimientos también se los estará transmitiendo. De ahí que se cree un vínculo inigualable.
Recuerda que como futura mamá tienes derechos. El más importante y tal vez desconocido está relacionado con tu parto. Tienes derecho a presentar “un plan de parto” en el hospital o clínica en donde vaya a nacer tu hijo. Tienes derecho a que te informen sobre los medicamentos que te suministren: ¿Cuáles son? ¿Para qué son? ¿Qué efectos secundarios podrías presentar con ellos?. Tienes derecho a decidir si quieres traer al mundo a tu hijo por medio de “parto natural” o “cesárea”, de no poderse la primera, es obligación del centro médico informarte las razones que hay detrás. También tienes derecho a decidir que tu hijo desde el primer instante que llegue al mundo, solo sea alimentado con leche materna. Nadie tiene derecho a alimentarlo con leche de fórmula si tu elección es otra. Recuerda…¡Tienes derechos! ¡Solo de ti depende hacerlos valer!
Crianza positiva. Desde el amor. Eso también marcará la diferencia. Tratar a tu hijo con amor, sin acudir a los gritos, a los “malos tratos”, o a la violencia, será la herramienta más poderosa para construir personas. Con esto no quiero decir que no debas establecer límites. De hecho, estos son necesarios. Te voy a compartir una técnica. Establece negociables e innegociables. Lo que se puede permitir y lo que bajo ninguna circunstancia se puede incumplir.
Recuerda que no estás sola…¡Desde ya cuentas con nosotros!
¡Felicidades! ¡Qué empiece la aventura!