A las 8 de la mañana del primero de agosto, llegamos al Centro de Convenciones Ágora Bogotá. Hacía el clima típico de la ciudad, nublado, pero que en cualquier momento el cielo se despejaba, o la cantidad de lluvia que caería sería monumental. Simplemente, Bogotá.

¿Por qué estábamos en ese lugar a tan tempranas horas de la mañana? La Cámara de Comercio de Bogotá organizó el Primer Encuentro Nacional de Asociatividad. Encuentro gratuito en el cual las personas que tengan una Entidad Sin Ánimo de Lucro (ESAL) o una asociación podrían disfrutar de charlas, ruedas de negocios, ferias empresariales, entre otras actividades enfocadas al fortalecimiento de estas.

Durante este evento, presenciamos las palabras de Ricardo Nates, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio, el cual nos dio la bienvenida. Según él, este encuentro era para demostrar que existe un “deseo de lograr mecanismos a través de organizaciones como fundaciones para concretar iniciativas de economía solidaria y asociativa”.

Algunas de las cifras más importantes que dio tratan sobre las organizaciones y fundaciones: Hay 18246 de estas en toda Colombia, el 81% se encuentran en la región de Cundinamarca. Estas ESAL cuentan con aportes reducidos y pocos empleados, pero con un impacto social extraordinario. 61% de las 18246 corresponden a entidades relacionadas con el sector social, el 15% con servicios empresariales y el 9% con el sector salud. Para finalizar, se centró en las asociaciones en la zona cundinamarqués. Existen 27 organizaciones en la Sabana de Bogotá con 860 asociados aproximadamente. De estas 27, 25 se encuentran en Sumapaz.

Diego Mora, representante del programa de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO) habló mucho de la necesidad de las regiones productivas de consumir lo que ellos generan y del trabajo asociativo que deben tener la parte rural y urbana ya que son necesarias la una para la otra.

Mientras que Lina Tangarife, gerente y socia de Azaí consultores y cofundadora de Territoria, quizás brindó la charla más interesante del día, pero definitivamente, la más cercana a nuestra fundación. Dentro del sinfín de aportaciones valiosas que hizo Lina durante su conferencia, podemos destacar su transparencia frente al tema del dinero y los fondos de las ESAL, ya que sí, “las fundaciones son entidades sin ánimo de lucro, pero también sin ánimo de pérdida”. Según ella, el impacto son transformaciones a través de iniciativas, procesos y organizaciones y que la plata no es el único recurso que existe. Nos dejó enseñanzas que funcionan no solo para el manejo, control y organización de las fundaciones, sino para toda la vida. Debemos tener una visión a largo plazo. Encontrar la forma de construir confianza de forma transparente, participativa y colaborativa. Fomentar la participación y la diversidad. Dar lo mejor de sí, para recibir lo mejor del otro. Identificar las barreras del entorno, cambiar desde adentro sin depender de lo externo.

Y como nos encontrábamos en un encuentro asociativo, le preguntamos a Jacinto Lenin, de JD producciones, como le había parecido esta experiencia. Le preocupa la ineficiencia de la Cámara de Comercio y la falta de apoyo y capacitación para enfrentar los costos y el manejo económico al momento de crear las ESAL. Pero destaca la posibilidad de unificación de las distintas fundaciones mediante negocios y acuerdos, porque como nos dijo él, la unión hace la fuerza.

Bajamos del 5 piso del Ágora con dos cosas claras. El cielo nublado de las 8 de la mañana eligió la lluvia antes que el sol, y salimos siendo personas completamente distintas. Con una visión de la unión y del trabajo en equipo fortalecidas guiadas a la construcción y manejo de las fundaciones y entidades sin ánimo de lucro, y quizás más importante, hacía nuestra vida personal.

 

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