Las entregas siempre son momentos cargados de grandes experiencias que nos dejan aprendizajes importantes tanto personales como espirituales.
Pero esta fue más que especial. La entrega del 25 de agosto del 2019 en Cartagena, se podría catalogar como la más organizada y perfecta que hemos tenido el privilegio de llevar a cabo en Fruto Bendito.
Este reto empezó el año pasado, cuando viajamos a Cartagena con un programa de la Vicepresidencia de empoderamiento a las poblaciones. A partir de esto, pudimos hacer un tanteo del terreno y de la situación en la que vivían las personas de esta población. Nos impresionaron las tasas de embarazo adolescente, los niños en las calles y las mujeres que querían estudiar pero no contaban con las posibilidades necesarias para hacerlo.
Este panorama, y el deseo de conmemorar a nuestro ángel ‘Marco vive’, nos animó a tomar la decisión de emprender el reto de entregar 150 cunas en el barrio Nelson Mandela. Así, con la ayuda del líder social que nos abrió las puertas de su comunidad y la iglesia, y en compañía de las familias de mujeres que hacen la ‘catequesi’ allí, nos comprometimos y iniciamos el proceso.
Necesitábamos apadrinar las 150 cunas, hacer toda una campaña para encontrar voluntarios, para cuadrar la logística que necesitaríamos para el día de la entrega, para dar los refrigerios, para llenar las cunas con los diferentes insumos y, después de todo esto, establecimos una fecha que le permitiera a todo el equipo viajar.
Desde el principio todo se dio de manera armónica; ya que el ángel que nos deja alojarnos en su apartamento en Cartagena pudo prestárnoslo para esta fecha especial, en la que todos estaban disponibles para viajar y hacer parte de esta entrega.
A mediados de agosto empezamos a realizar campañas en redes sociales. Aparecieron ángeles en Cartagena, como Susana, a quien conocimos cuando ganamos el premio Ventus y gracias a ella, que empezó a mover su red de amigos, pudimos encontrar una familia que estaba dispuesta a apadrinar los refrigerios que se darían el día de la entrega.
El plan inicial era enviar 150 cunas, pero haciendo los preparativos en Bogotá, cuando empezamos a organizar y agrupar las cunas y las espumas en grupos de diez, enrollándolas en papel vinipel, nos dimos cuenta que sólo contábamos con 114 espumas, y nuestro compromiso era enviar 150. Sin embargo, esto no fue un impedimento y lo que hicimos fue utilizar los recursos restantes para equipar con más insumos las 114 cunas que si podíamos enviar.
Así fue como logramos organizar de manera correcta nuestra cunas, espumas e insumos para subir directamente al camión que iría por ellas al otro día a las cuatro de la tarde para salir directo a nuestro destino, Cartagena de Indias.
¡Llegaron los días esperados!
Nuestro viaje inició el sábado 24 de agosto a las seis de la mañana y nos encontramos a las diez de la mañana con todas las personas de nuestro gran equipo. Ellos eran Erika y Fabian su esposo, Angelita con su hija y por último, pero no menos importante, Andrés Jaramillo que hace parte de la organización Better Life.
Ese día previo a la entrega decidimos ir a visitar a un ángel muy especial para nosotros, Reynel. Un joven de 22 años que recibió una bala perdida que lo dejó cuadrapléjico postrado en cama. Al conocer su historia, junto a todos nuestros colaboradores, donantes, miembros de equipo, decidimos darle un regalo especial para navidad.
Ese regalo, no solo material sino simbólico, fue darle la silla de ruedas especial que él necesitaba. En febrero, después de encontrar a las personas indicadas que pudieran pagar y llevar la silla de ruedas hasta Cartagena, hicimos esta entrega tan especial para nosotros.
Esa mañana que fuimos a visitarlo se convirtió en un recuerdo que jamás olvidaremos; esa imagen, esa posibilidad de verlo sentado en su silla de ruedas riéndose, compartiendo con su familia, sintiendo la brisa y viendo el mar es un sentimiento que difícilmente se puede expresar con palabra. La posibilidad de hablar con él y saber de primera mano cómo volvieron sus ganas de soñar, de vivir, fue hermoso y gratificante.
El domingo, día de la entrega, había llegado. Temprano nos recogió una Van que nos llevaría al Barrio Nelson Mandela. Una vez allí empezamos a comprar los pañitos y cremas que necesitábamos.
En todo este proceso fue maravilloso ver como seguían apareciendo donantes y ángeles dispuestos a ayudar. Una población bastante reconocida de Cartagena quiso apoyar y hacer todo esto posible. Las manos dispuestas a colaborar no se hicieron esperar. Era increíble ver como cada vez se sumaban más y más personas, entre ellas Camila Mejía, productora del comercial de Dolex y dos miembros de la productora Cumbia Films que conocimos en Bogotá.
Fue emocionante recorrer las calles del barrio y ver como el sol también nos acompañaba y nos llenaba de energía, esa misma que habíamos cultivado desde que nos recogieron conectando al equipo y recordándoles lo valioso de su presencia. El día anterior, el Padre Fredi, con su congregación, armaron las cunas, pusieron las cobijas y la llenaron con sus cremitas, aceites, pañales y su muda de ropa. Tuvimos la oportunidad de cargar cinco cunas repletas, de entregar los coches y muchos regalos que nos donaron.
Gracias al equipo de 101ideas, una comunidad de mujeres adultas, que nos donaron unos maravillosos muñecos tejidos, así mismo, gracias a Alejandra Mejia de Atar, Centro de Costura, que también nos donó su trabajo, pudimos lograr todo esto. Sin importar los contratiempo y las dificultades que se pudieran presentar, todo se articuló perfectamente para que tuviéramos una de las mejores y más inolvidables entregas.
El momento de la verdad
Gabriel es fundamental, él es el protagonista. Es muy lindo ver a las mamás preguntarse qué les van a dar y Gabriel sale en respuesta gritando “son cunas, son cunas”, esos momentos son muy hermosos porque creemos que él es el que puede permitir a las mamás enamorarse ya que precisamente esa es nuestra misión.
Nosotros arrancamos contándoles y enamorándolas de qué es lo que se llevan, haciéndolas comprender que no es solo una caja cualquiera de un televisor, es un vehículo de oportunidades, es algo en lo que hemos trabajado con mucho amor.
Luego, la doctora Julieta pasa al frente a darles la charla acerca del Plan Bendito en el que nos cuenta diferentes temas hermosos como lo son el embarazo consciente, la lactancia materna libre demanda, el sueño seguro, la crianza positiva, la importancia de planificar los hijos y cómo proteger a sus hijos contra la violencia sexual.
Posteriormente entra Erika y Fabián, padres de Marco, nuestro angelito que está en el cielo, le dan a las mamás ese mensaje de amor, esa oportunidad de duelo a través de la pérdida de un hijo, les dan un mensaje de vida y de disfrutar a los hijos cuando están con nosotros. Ayudándoles a quitar esa culpa que pueden llegar a sentir como padres, explicando que cuando los hijos se van por enfermedades, o por diferentes motivos, es porque era su tiempo de irse. Ahora es el tiempo para que los padres tengan esa oportunidad de perdón.
Después de la reflexión con los padres de Marco, les entregamos el refrigerio que lo apadrinó una hermosa familia de Cartagena. Mientras disfrutaban de sus onces, entró Andrés, de Better life, para motivarlas y enseñarles a dar gracias. Fue muy lindo ver como él decía “bueno, quién me da 5 cosas por las cuales agradecer” y al final las mamas se peleaban cada vez más por querer participar.
Debemos confesar que Cartagena no es una población fácil, la expresividad o lo que sus rostros nos muestran a veces es un poco más difícil de leer, pero logramos el cometido que era sembrar un granito de amor así sea solo un pequeño grano de arena.
Seguidamente, les contamos a las mamás algo muy lindo que nos paso con Dayner, el líder social. Cuando viajamos a principio de año lo que hicimos fue una metodología de diagnóstico participativa para conocer qué quería la comunidad y qué necesidades tenían las mujeres adolescentes, encontramos un factor común y era que querían terminar su bachillerato. Ese día, para nosotros fue muy grato ver como Dayner contaba el proceso que realizó para que pudieran terminar su bachillerato.
Definitivamente este tipo de cosas nos llevan a pensar en la importancia del desarrollo de los logros propuestos hacia las comunidades, que en este caso fue precisamente lo que también logramos con nuestra entrega de cunas en Cartagena dándole más vida a nuestro #igualesconamor.
Al final del día logramos las metas propuestas: entregamos las cunas, las mamás se fueron llenas de amor y aprendimos algo súper valioso para todas las entregas que siguen, este aprendizaje fue la forma en cómo la iglesia organizó la logística para entregar de una forma más ordenada las cunas; enseñándonos que cada entrega nos deja nuevas lecciones.
Para terminar con broche de oro, nos pasó algo muy hermoso y fue que la abuela de una mamá muy joven se acercó a Camila para elegirla madrina de su nieta, y el 27 de agosto, nos enteramos que va a ser una niña. Realmente, para nosotros como familia es un regalo y un legado que podemos dejar en Nelson Mandela.