El contexto colombiano genera un gran contraste con el contexto finlandés debido a su origen, historia y ubicación. Si bien Finlandia ha logrado tener un progreso frente a la educación materno-infantil y a la reducción de la mortalidad de esta, en Colombia el contexto y las formas de gobernar son distintas.
Desde 1938 empezó este proyecto de acoger una población vulnerable, sin embargo, en cuestión de 10 años las cosas fueron cambiando y dejó de ser una iniciativa para personas de bajos recursos a ser una oportunidad abierta a todas las madres gestantes. Para lograr esto el país tuvo que llegar a cada rincón donde hubiera una madre gestante, entender las situaciones sociales y proporcionar con acciones un camino al acceso a salud y educación en maternidad. En el contexto colombiano existen variables que impiden llegar a todos los rincones donde pueda haber madres embarazadas o niños recién nacidos, lo que implica un esfuerzo mayor para las entidades poder crear un camino de acceso a salud.
Ahora bien, es importante hacer una comparación entre ambas culturas en términos de pensamiento y comportamiento. Finlandia que vivió en la pobreza durante muchos años, desde que vio la oportunidad ha tenido un pensamiento de invertir en la educación y temas sociales para encontrar un progreso, de acuerdo con la BBC el proceso de transformación de un sistema educativo ineficaz y mediocre a una “incubadora de talentos” (BBC, 2018 ) tomó 30 años, y da pie hoy a un sistema industrializado sólido y eficiente para la sociedad del mismo país; esto se conoce como el milagro finlandés.
Finlandia ha pensado siempre en que las políticas sociales bien estructuradas son las que le ponen una base para políticas educativas, laborales, políticas eficientes y con impacto. El acceso a la educación se ha dado de manera homogénea y ha hecho un énfasis en que la escuela pública debe ser de buena calidad en su educación, por lo tanto, no hay mayor conflicto en que los hijos de un importante empresario y de un obrero común estudien juntos.
La historia de Finlandia no acaba aquí, pues a finales de los años 60 en Finlandia sólo el 10% de la población había terminado la educación secundaria y solo el 7% contaba con educación superior. Todo esto debido a que el acceso era limitado y desigual, ya que muchas familias no podían pagar una educación privada y la pública era insuficiente. Diez años más tarde, en la década de los 70 la educación comenzó a cambiar y se empezó a entender como la base fundamental para construir un futuro menos mediocre y desarrollar talento para el país se convirtió en un objetivo primordial para el Estado. Es importante aclarar que los finlandeses siempre se han caracterizado por ser personas resilientes y de ahí nace una inquietud profunda para querer un cambio como país y nación.
Ahora bien, en el contexto colombiano siempre ha existido la pobreza y la desigualdad, en términos de educación siempre se ha hablado de instituciones privadas (privilegiados) e instituciones públicas (menos privilegiados), por lo que en el imaginario de los colombianos desde la raíz hay una notoria desigualdad de oportunidades. Asimismo, los territorios tienen desigualdad de oportunidades para los ciudadanos y el campesino lleva una vida muy distinta al citadino. Sin embargo, existe en Colombia la Agenda 2030, que “plantea una oportunidad clave para generar transformaciones y dar impulso político a temas de interés a nivel internacional, nacional y local que permitan mejorar la calidad de vida de todos los colombianos, especialmente de los más pobres y vulnerables, siendo además una herramienta para generar las condiciones habilitantes de una paz estable y duradera”, lo que demuestra que hasta ahora en pleno sigo XXI se siguen buscando herramientas, iniciativas e ideas para reducir la desigualdad del país en términos sociales y políticos. Esta agenda está guiada por los ODS donde el primero es el “fin de la pobreza”, sin embargo, a nivel social y humano existe un reto muy grande en que en la mente de los colombianos haya esperanza en los gobiernos y políticos, así mismo un riesgo y amenaza permanente por parte de los grupos armados al margen de la ley.
Con respeto al tema de la salud materno-infantil también existen muchos retos dentro del gobierno colombiano que pueden ser resueltos con inspiración en las soluciones de Finlandia, pero también con un trabajo sincero y sin corrupción. En Colombia la ayuda de las fundaciones u ONG son importantes, ya que alivianan de alguna forma las necesidades de diferentes poblaciones y de la población colombiana como tal, pero no se puede olvidar que hay ciertas responsabilidades que son parte del Estado como el acceso a la educación a los niños, como la creación de un sistema de salud sólido y rentable, entre otros.
Volviendo a Finlandia, desde hace 75 años el Estado de este país da a las mujeres embarazadas una caja con ropa, sábanas y juguetes conocido como regalo de maternidad, buscando reducir el índice de mortalidad infantil y haciéndolo con un sentido educativo también. Este regalo se les da a todas las mamás que esperan un bebé en el país y busca dar un inicio de vida equitativo. Sin embargo, existe la posibilidad de que las madres en vez de recibir la caja reciban efectivo (140 euros) pero el 95% elige la caja. (Lee, 2013). Esta tradición se inició en 1938 principalmente solo para familias de bajos recursos, sin embargo, en 1949 todo cambió y se reguló la entrega como algo casi “obligatorio”.
Para Finlandia no bastaba solo con entregar la caja y poder generar un cambio e impacto social, fue por eso por lo que entró la parte de la educación, esto se hizo bajo unas condiciones:
“No sólo fue ofrecido a todas las futuras madres, sino que la nueva legislación también significó que, para obtener la caja, tenían que visitar a un médico y una clínica pública prenatal antes de los cuatro meses de embarazo”, cuenta Heidi Liesivesi, quien trabaja en Kela, la institución de seguridad social finlandesa.
Los niños son los protagonistas de este éxito, pues al haberse concentrado en ellos es que el proyecto cobró sentido y logró impactar de manera positiva en las diferentes familias, se puede afirmar que la seguridad y el cuidado de los niños ha sido la clave para lograr en Finlandia una vida familiar feliz. En Colombia también se busca tener una vida familiar feliz y estable, pero el contexto no pone como primera prioridad a los niños. En el pensamiento europeo la educación es el pilar fundamental para generar igualdad, aunque tiene un sistema político diferente nunca se ha dejado de lado la educación. Por el contrario, en Colombia el acceso a la educación se ha visto limitado por falta de escuelas, por realidades sociales, por territorios rurales, entre otras cosas.
Ahora bien, hablando de diferencias y contrastes, en Finlandia el derecho a recibir una caja materna se estableció la ley desde hace muchos años, esto permitió que cada municipio en 1940 tenía la obligación (por ley) de construir una clínica materno infantil.
En 1960 se le concede a las mujeres el derecho al voto en las elecciones nacionales, lo que permite que hoy en día, las mujeres representan el 49% de la población activa del país, donde se ha logrado incluir dentro de la vida laboral los permisos parentales, horarios flexibles y trabajo remoto. Se entiende como principal objetivo de todo esto, un equilibrio entre la vida personal y familiar. Esto ha llevado años de lucha y de demostrar que la igualdad de género si existe y es viable, en el contexto de Colombia aún le falta camino por recorrer, pero avanza en su igualdad de género, a través de los años cada vez más mujeres adquieren cargos directivos del Estado Colombiano.
Finlandia funciona con un sistema parlamentario, lo que significa que hay una autonomía federal en los diferentes municipios del país, por el contrario, Colombia funciona bajo un sistema presidencial, es decir que no hay una autonomía en los estados o departamentos, esto influye dentro de las acciones y decisiones que se toman desde el gobierno porque sí o sí impactarán a nivel nacional. Desde el sistema parlamentario de Finlandia se da un subsidio estatal que brinda el acceso a los servicios básicos de manera igualitaria, en el contexto colombiano también se dan esos subsidios, sin embargo, no tienen un impacto positivo en la ciudadanía porque no son suficientes.
Una composición de cosas da una buena y digna vida a los ciudadanos. En Colombia el contexto es diferente y se debe entender cómo integrar este modelo que es sólido y que funciona en un contexto completamente diferente al de Finlandia. No obstante, hay cosas que no deben porque cambiar dependiendo del contexto, como lo es por ejemplo los derechos de los niños. Elina Pekkarinen es defensora del Menor en Finlandia y ella dice que los derechos de los niños se tienen en cuenta desde la legislación hasta la toma de decisiones sociales. Existe el defensor del menor que fomenta y evalúa la convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, ratificado por Finlandia en 1991. Esta evaluación parte fundamentalmente desde 4 ejes principales: la no discriminación, el derecho a una buena vida, el derecho a la participación y a ser escuchado, y el interés superior del niño.
En Finlandia hay un apoyo del estado a las familias, lo que permite que se cree un entorno seguro, de esta forma y con esto en mente se da una integralidad en términos de igualdad desde la educación, concepción de familia, vida laboral y vida social. Si bien existe una educación gratuita, también las comidas que se imparten dentro de las escuelas son gratuitas, así como los útiles escolares necesarios para el proceso de aprendizaje y enseñanza. Para lograr esto, llevan muchos años de desarrollo social, de entender la importancia del cuidado de la mujer (cuidado en términos de oportunidades e igualdad de género), la protección y desarrollo del infante, y el equilibrio entre la vida laboral y personal, así mismo la importancia de la educación, de quitar estratos e implementar lo humano para una sociedad más sostenible.
En contraste con Colombia, además de que el contexto es distinto y se ha hablado ya al respecto la cultura también es distinta, pero asimismo es un limitante, pues desde ahí vienen muchos comportamientos y creencias frente a la vida y el trabajo. Con esto en mente sería fundamental entonces apuntarle a
la educación donde se entienda la importancia de vivir en sociedad y hacer el bien. Seguramente esto requerirá muchos años para lograrlo, pero no es un imposible y es a lo que le deben apuntar los ciudadanos, los gobernantes y las ONG.
Algunas de las ideas innovadoras de Finlandia frente a su éxito en la igualdad y el cuidado de la primera infancia son:
Erradicación de la corrupción:
Desde la raíz de la composición de Finlandia, hasta las innovaciones en el último siglo han permitido tener un país menos desigual y corrupto. El secreto que ha usado Finlandia ha sido: el carácter de la administración, el principio de transparencia, la autonomía municipal, la fortaleza de la fuerza policial y del sistema judicial, vigilancia sobre los políticos que también protegen la libertad de expresión. En Finlandia los primeros jueces de justicia y transparencia son los mismos ciudadanos.
Guarderías:
En 1973, unos años después de la guerra entró en vigor la ley de Guarderías infantiles que obligaba a los municipios a organizar el cuidado de los niños y al Estado a financiar su actividad y funcionamiento. La ley tuvo una innovación cuando se creó la profesión de “cuidadora de niños en familia”, esta profesión debía cumplir con cuidar a sus hijos y algunos otros, creando así un grupo de 5 niños. Esta persona recibía un salario por su trabajo que provenía de los padres de los otros integrantes del grupo y del municipio, además podía acumular pensión y demandaba capacitación social.
En el año 1980 hubo una nueva innovación o cambio, ya que la oferta de cuidadores era mucho menor que la demanda, por esto el partido de centro decidió que se le debía pagar a uno de los padres mientras esté cuidaba a su hijo en casa hasta que tuviera la edad suficiente para ir a la escuela, pero esto al final no se logró porque el partido de la izquierda se opuso con el argumento de que “sería una trampa para que las mujeres salieran del mercado laboral y posteriormente perdieran su pensión” (innovación 22). Después de esto en 1984 se llegó a un compromiso político que generó la legislación de atención a los niños pequeños. Esta entró en vigor sólo hasta 1990. Esta ley dio a los padres el derecho a elegir si querían ellos tras agotar las bajas de paternidad o maternidad un lugar para sus hijos en una institución pública o el subsidio para el cuidado del niño que pueden usar según su conveniencia.
Permiso de paternidad:
En 1970 hubo un cambio de chip frente a la figura del padre dentro de una familia y dentro de la sociedad, pues se empezó a pensar como como figura paterna. Desde 1980 uno de los temas más frecuentes dentro de la sociedad finlandesa fue la participación de los padres en el parto y en las consultas de maternidad y niños. Se dio un permiso de familia, donde con el consentimiento de la madre se le podría otorgar al padre la remuneración del permiso de maternidad.
Canasta para madres:
Empezó como una ayuda durante la escasez de la postguerra en los años 1940, sin embargo, en 1949 se estableció que toda madre sin importar su condición económica debía recibir esta caja. La caja se ha compuesto originalmente de ropa y cosas necesarias para el bebé, sin embargo, con el pasar de los años esto ha ido evolucionando. El único requisito para recibir la canasta es la visita a la consulta de maternidad antes de los 4 meses. Esta canasta ha sido trascendental para la sociedad finlandesa, pues ha ayudado a disminuir drásticamente la mortalidad materna e infantil.
Alimentación escolar gratuita:
Desde los años 2000 la alimentación gratuita ha sido una de las bases del plan de estudios de la escuela general básica. A partir del siglo XVIII se ha venido pensando en la alimentación como promotora del aprendizaje, pues desde ese momento ya existían ayudas similares a los estudiantes. Desde la asamblea de las escuelas populares en 1896 se trató oficialmente este tema, sin embargo, fue en 1913 cuando el estado empezó a apoyar la alimentación escolar. Después de creada la ley, fue hasta 1948 cuando se reguló que los escolares debían recibir una alimentación gratuita.
Lucha contra la pobreza:
La lucha contra la pobreza en Finlandia se ha radicado principalmente en el mantenimiento de la tasa de empleo y la seguridad de ingresos. Hasta 1990 existía una seguridad de desempleo que garantiza un subsidio. El derecho a la seguridad mínima es regulado por el artículo 19 de la constitución y las autoridades, es decir los municipios a garantizar la seguridad mínima sin importar las necesidades o condiciones.
A partir de todas estas políticas públicas realizadas en Finlandia es que se empieza una transformación real, en Colombia estamos todavía a tiempo de emprender un cambio hacia el cambio real, consciente y tangible. Parte desde un cambio de chip en el concepto de familia, en la desigualdad y la limitación que existe frente a los accesos a salud.
Después de este contexto encontramos en el camino a la Fundación Fruto Bendito, que busca apostarle a la primera infancia creando redes con madres beneficiarias, líderes y lideresas sociales, logrando así llegar a cada rincón donde un bebé tiene la posibilidad de nacer con amor. La gran apuesta es llegar a una igualdad desde el momento en que el bebé nace y lograr un cambio en la vida de las familias colombianas. Adoptamos la tradición de las cunas de cartón de Finlandia, creando un contenedor de oportunidades y generando un plan de educación dentro de nuestro contexto. Así, hemos logrado llegar a impactar con + de 10.000 cunas en todo Colombia.
¿Qué está haciendo la Fundación Fruto Bendito actualmente en Colombia?
La Fundación Fruto Bendito, establecida en 2016, nace con la firme misión de proteger y apoyar a la primera infancia, trabajando de la mano con sus familias y cuidadores para crear entornos seguros y estimulantes.
Desde su inicio, la fundación se enfrentó al desafiante panorama de la mortalidad infantil: el 47% de las muertes de menores de 5 años en Colombia ocurre durante el período neonatal, una estadística alarmante del Instituto Nacional de Salud en 2020. Este escenario estaba exacerbado por la falta de conciencia sobre el embarazo, bajos índices de lactancia materna y la persistente presencia de violencia intrafamiliar. En un país donde solo el 36.1% de los niños menores de seis meses reciben leche materna como único alimento, lejos del 50% recomendado por la Organización Mundial de la Salud, la necesidad de intervención era inminente.
La Fundación Fruto Bendito se propuso abordar estas problemáticas con planes concretos, fundamentados tanto en la ciencia como en la experiencia.
El ‘Programa 1,000 Días’ se basa en el derecho de cada niño a recibir amor, cuidado, estimulación y oportunidades durante sus primeros 1,000 días de vida para alcanzar su máximo potencial, en línea con el enfoque de UNICEF.
Sin embargo, el giro innovador de la fundación se manifestó con el lanzamiento del Proyecto Cunas con Amor, un paso audaz para ofrecer cunas de cartón corrugado, certificadas y con tintas orgánicas aptas para bebés. Pero este nuevo concepto enfrentó desafíos, ya que el cartón era considerado un material barato y de reciclaje en América Latina y en muchos otros países. ¿Cómo cambiar esta percepción?
La historia del ‘Baby Box’ finlandés con más de 86 años de tradición, incluso utilizado por el príncipe George futuro rey de Inglaterra, fue el catalizador para demostrar que la seguridad y la calidad pueden coexistir en una cuna de cartón. Nuestra misión ahora era contarlo.
Esta inspiración se fusionó con expertos en diseño industrial, gráfico, pediatras y médicos, resultando en una versión mejorada y adaptada al contexto colombiano.
Sin embargo, tener el producto no era suficiente. La médica científica Julieta Villegas lideró la creación del ‘Plan Bendito’, convirtiendo la cuna en una herramienta educativa sobre lactancia materna, crianza amorosa, sueño seguro y embarazo consciente.
Para llegar a más comunidades, se formaron alianzas estratégicas con organizaciones como Plan Canguro, Red Sanar, Idipron y Subred Sur. Ya teníamos la audiencia, sin embargo seguía siendo una cuna de cartón. Para dar a conocer el proyecto, se implementó una exitosa estrategia de marketing de la mano de influyentes figuras colombianas como Carolina Cruz, Carolina Soto, Natalia Reyes y Catalina Gómez, quienes mostraron cómo las cunas de cartón también podían ser una opción para personas de todos los estratos sociales, contribuyendo así al modelo 1+1 donde por cada cuna comprada, otra es donada a una madre vulnerable.
La evolución no se detuvo aquí. La fundación pasó de simples ilustraciones en las cunas a contar historias inclusivas sobre la fauna colombiana, y finalmente, historias inspiradoras de niños y niñas colombianos. Todo esto reflejó la búsqueda constante por ofrecer más que una cuna, sino oportunidades para aquellos que las usan.
Durante nuestra trayectoria de 7 años, hemos entregado más de 9000 cunas y hemos impactado positivamente a más de 9,800 familias con nuestro proyecto. Estas cifras reflejan el compromiso de la Fundación Fruto Bendito con el bienestar de la primera infancia en Colombia.
Nuestras alianzas con tres universidades para la investigación y el desarrollo nos han permitido avanzar hacia soluciones más efectivas y centradas en la excelencia. Hemos extendido nuestro alcance, dejando una huella positiva en más de 41 ciudades y municipios de Colombia, lo que demuestra nuestro compromiso nacional.
En reconocimiento a nuestro esfuerzo por el desarrollo sostenible, el Ministerio de Medio Ambiente de Colombia nos ha otorgado el sello de trabajo de triple impacto. Este logro nos enorgullece, ya que valida nuestra dedicación no solo a lo económico, sino también a lo social y ambiental.
Desde una perspectiva económica, hemos implementado el innovador modelo 1+1, donde vendemos nuestras cunas a familias conscientes del medio ambiente. Por cada venta, donamos otra cuna, multiplicando así nuestro impacto social.
En el ámbito social, nuestro ‘Plan Bendito’ se enfoca en llevar educación a todas las ciudades y poblaciones que abarcamos. Utilizando tecnología de vanguardia, hemos implementado un sistema de seguimiento que no solo beneficia a las familias, sino que también crea oportunidades laborales en estas comunidades.
Nuestro compromiso ambiental comienza desde la base. El cartón que utilizamos proviene de bosques gestionados de manera sostenible y es de alta calidad. Además, educamos a las familias sobre la importancia de prolongar la vida útil de las cunas, promoviendo su reutilización como baúles de ropa o juguetes para las generaciones futuras.
Estos logros representan solo un paso en nuestro viaje hacia un futuro más sostenible y próspero para la primera infancia y sus familias, y nos impulsan a seguir innovando y generando un impacto positivo en la sociedad.
Desde la perspectiva empresarial, hemos identificado una correlación directa entre nuestra sostenibilidad económica y nuestra capacidad para ofrecer soluciones efectivas a nuestros aliados corporativos.
Contamos con el respaldo y la colaboración de empresas líderes que creen en nuestro propósito y se han convertido en aliados estratégicos. Entre ellos se encuentran organizaciones como Google, Salesforce, BBVA Momentum, Ventures, Winny y AstraZeneca. Así mismo, colaboramos estrechamente con instituciones educativas destacadas como la Universidad de la Sabana y la Universidad Externado de Colombia, además de empresas comprometidas con la sostenibilidad como Cabify, Cemex y Smurfit Kappa. Incluso contamos con el apoyo del Departamento de Estado de los Estados Unidos, entre otros socios importantes.
Fruto Bendito ha demostrado que no es solo una cuna de cartón, sino un contenedor de oportunidades para todos los que tocan su causa y para el equipo de trabajo.
Trabajamos por un mundo donde todos seamos #IgualesConAmor. Nos embarcamos en la misión de proteger a la primera infancia y convertir el amor en una herramienta poderosa para el cambio.