Repartiendo amor en la otra Cartagena | Fundación Fruto Bendito

Muchos han oído hablar de la icónica Cartagena, ciudad de calles antiguas amuralladas llenas de turistas, boutiques y restaurantes. Pero muy pocas veces hemos visto otras realidades que se esconden entre sus mares y murallas. Como parte de la misión de la Fundación Fruto Bendito es reconocer aquellas poblaciones que se encuentran en el olvido con el fin de brindarles herramientas para salir de esa condición de desigualdad.

Una de las mejores formas de lograrlo es desde nuestros planes (Plan Bienestar y Plan Ambientes Seguros), programas (1000 días y Alianzas por el bienestar) y proyectos: (Plan Bendito, Sello con Amor y Cunas con Amor). Cunas Con Amor es una de nuestras insignias como fundación. Este proyecto nos llena de orgullo, porque nos permite romper barreras y estigmas, en cuanto al cartón, ayudando a crear cunas de este material, convirtiéndose en herramientas útiles y prácticas que combaten la muerte súbita y que se convierten en símbolo de lucha en busca de esa justicia social.

Parte fundamental para el crecimiento de este movimiento son aquellas personas que tienen influencia en la opinión pública, ya que sin ellas la entrega de Cunas Con Amor no sería posible. Cuando estas madres ecológicas que también son influencers o personajes públicos, acceden a recibir nuestras cunas, de esta manera nos ayuda a romper el paradigma del cartón, permitiéndonos así llegar a familias ecológicas que compran nuestras cunas por $95.000 pesos donde bajo el modelo 1 para que 1 reciba su pesebre y nos permita entregar uno idéntico a una población vulnerable. Así logramos llegar a los rincones de Cartagena y sus alrededores.

Esta meta de lograr una entrega de cunas en La Heroica para agosto de 2021, inicia en 2020 cuando nos enteramos que la presentadora colombiana, Valentina Lizcano iba a ser mamá. Sabíamos que era importante contactarla para contarle lo que hacemos, y así poder enviarle una de nuestras cunas, eliminando esos estigmas frente a su material. Por eso, fuimos persistentes, le escribimos por todas sus redes, a su celular, hasta que le enviamos una foto de un bebé usando una Cuna Con Amor y fue ahí, donde Valentina se enamoró de nuestra causa, algo que la llenó. nosotros con alegría.

El caso de Valentina va de la mano con otro personaje fundamental que nos ayudó a lograr este sueño, la reconocida actriz y futura madre, Natalia Reyes, a quien también contactamos con gran empeño. Al principio no fue fácil, pues la actriz no sabía de nuestra fundación Fruto Bendito. Sin embargo, al final, Natalia también se dio cuenta de nuestra misión y decidió ayudarnos. Siendo así, ya tuvimos que pagar 2 cunas para madres vulnerables; Uno gracias al patrocinio de Natalia y el otro utilizado por Valentina y logramos un tercero, a través de nuestros donantes.

El viaje de entrega de cunas coincidió con un evento familiar. Para que nuestras cunas llegaran en perfecto estado, decidimos enviarlas a Cartagena días antes. Finalmente, llegó el día de volar desde la ciudad de Bogotá a la fantástica capital de Bolívar.

La primera parada que hicimos en relación a la fundación fue para ir al apartamento de Valentina Lizcano, recogimos la cuna, le hicimos unas fotos, hablamos con ella, le enseñamos todo sobre el proyecto, fue muy generosa: abrió su puertas a nosotros, ella nos escuchó y entendió lo que nos motivaba. Vimos en ella a una mujer muy consciente de su cuerpo y de su vida. Quien, además, muestra una responsabilidad y compromiso a la hora de llevar un mensaje de unidad, amor e igualdad. Eso nos llenó el corazón, porque saber que tenemos esa posibilidad de conectarnos con los demás e impactar a través de nuestras cunas es gratificante, porque esto nos permite crecer y convertirnos en creadores de oportunidades para quienes más las necesitan.

Después de una larga planificación, llegó el día de conocer a nuestras madres beneficiarias y entregarles nuestras cunas, a las que también llegaron pañales, ropa, toallitas húmedas y otros artículos necesarios para los bebés. Previamente, Natalia Reyes, nos había puesto en contacto con el líder social, Yossie. Una mujer encantadora que nos iba a llevar a conocer la comunidad isleña, en Tierra Bomba, donde íbamos a hacer la entrega. La única manera de llegar al lugar es en barco, es un viaje de 10 minutos desde Cartagena. El día estaba lluvioso, pero eso no importaba, queríamos llegar para hacer felices a esas madres, menos mal que nuestras cunas estaban envueltas en papel vinílico, así que nos aseguramos de su cuidado.

Primero llegamos a playa Fénix, donde se encuentra el hotel de Natalia y su esposo Juan Pedro, allí nos recibieron con mucho amor, nos mostraron el lugar y nos dejaron entrar a su casa, conocieron a nuestra familia, incluso a Gabriel, nuestro hijo y Product Manager, se quedó jugando en la piscina con el esposo de Natalia, quien muy amablemente lo acompañó mientras hacíamos nuestro trabajo. Luego de ese maravilloso encuentro, partimos a entregar nuestros pesebres. Aquí es donde se ve más importante el fruto de nuestra misión. Conocimos a dos mamás a las que les entregamos todo el Plan Bendito, hablamos de corazón a corazón y lo más maravilloso es que conectamos con ellas. En esos momentos, la líder estuvo con nosotros, su felicidad se reflejaba en su rostro. Continuamos nuestro viaje y nos dirigimos a la casa de una madre que iba a recibir una cuna. Esto es impactante, siempre llegar a la casa de los beneficiarios es conocer la realidad y entender desde la empatía cómo va a llegar ese bebé o cómo llegó al mundo. El piso de la casa era de cemento, la cuna se convirtió en algo necesario, la bebé dormiría en la misma cama que sus padres porque no había otra, no tenía donde.

Para todas esas madres, nuestra visita cambió el día, el mes, el año y hasta sus vidas, solo recibieron las cunas con esos regalos, junto con esas muestras de amor y con esas palabras donde les enfatizábamos que estábamos ahí para ellas, nuestros mensajes se convirtieron en un estímulo para seguir luchando por sacar adelante a sus hijos. Sabemos que dejamos una huella en la vida de todas estas mujeres. Algo que nos llenó de felicidad fue que a la mamá que visitamos en su casa, nos envió las fotos del bebé feliz en la cuna y ese es uno de los regalos más grandes para nosotros, esa es la prueba de ese compromiso que tenemos. con las comunidades vale la pena, todas nuestras luchas se convierten en un regalo intangible que nos llena de felicidad. Esa alegría se transmite y acaba siendo mutua.

“La verdad fue algo muy significativo tanto para mí como para las madres, ya que al ser una población vulnerable, las madres tienen que hacer cosas. Y ver que Camila trajo esas camitas, esas camitas, fue algo maravilloso, ahora las mamás pueden cuidar a sus hijos donde sea que estén”- aseguró, la líder social, Yossie, con profunda gratitud.

La historia no termina ahí, lamentablemente para estas madres la vida no ha sido nada fácil y todavía hay muchas madres que ayudar, así que decidí hablar con Yossie, quien me habló más sobre esta población. En primer lugar, desde su perspectiva, esa entrega de cunas era algo muy importante, ya que para estas madres trabajadoras era muy difícil transportar a sus bebés con ellas mientras hacían su trabajo, ahora gracias a las cunas pueden llevar convenientemente y llévelos. esta herramienta para trabajar, sabiendo que sus hijos pueden dormir y descansar en un lugar seguro y cómodo. En segundo lugar, para ella la entrega de pesebres ayuda a visibilizar los problemas que enfrentan quienes viven en este territorio. Pues son gente que no tiene agua potable, ni hospital, por lo tanto,

Con base a esta experiencia y las situaciones que nos cuenta Yossie, nos damos cuenta que en Cartagena y sus alrededores hay mucho por hacer. Ese se convierte en nuestro tema de conversación y a la mañana siguiente de la entrega de las cunas, hablamos con Dainer González, un amigo nuestro con quien tenemos contacto desde la entrega de mercados en Cartagena durante la pandemia. Dainer es un líder social del barrio Nelson Mandela, ubicado en el sector El Progreso, en el suroeste de La Heroica, un lugar con cerca de 45.000 habitantes, donde el 80% son desplazados por la violencia, esta zona marginal es golpeada por problemas como la violencia, drogas y prostitución, donde también hay un alto índice de embarazos adolescentes. Para Dainer estas situaciones son las que le ablandan el alma y el corazón,

Así, el viaje se convirtió en una montaña rusa de emociones, las entregas nos cautivaron el alma y nos llenaron de motivación para continuar con este camino que hemos recorrido desde 2016 con el sueño de cambiar la vida de quienes más lo necesitan, logrando que podamos todos sean #IgualConAmor algún día.

 

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